Robado textualmente de Chilangabanda
Se dice que el surgimiento del albur nace con la mezcla de la cultura Náhuatl y Española ya que ambas tienen sus antecedentes de picardía. Por una parte existe el caso de los cantos Nahuas que se cantaban en las cortes de los emperadores aztecas. Dice la leyenda que una nación recientemente sometida al imperio de Tenochtitlán compuso un canto mofándose del emperador en el que se hacía referencia a la incapacidad del monarca Tenochca para “conquistarla”, aludiendo a nación recientemente conquistada. Sin embargo, el canto revelaba que a quien no podía conquistar el emperador azteca era a una mujer anciana.
Se dice que al escuchar este canto el emperador se carcajeó tanto que hizo miembro de su corte al cantor que declamó. El canto en cuestión era uno de tantos poemas (o cantos, por que literalmente se cantaban) que era conocidos en tiempos prehispánicos como cuecuechcuicatl (cantos de cosquilleo o picarescos) y que eran de naturaleza sexual (cabe mencionar que los aztecas tenían muy finos poemas eróticos). Esto quiere decir que los aztecas ya conocían el doble sentido y el inuendo sexual. Es más, conocían hasta la mentada de madre, a la cual denominaban como “nantenehua”, que quiere decir, literalmente, mencionar a la madre.
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