Saturday, October 15, 2005

Esposas desesperadas

No he visto la serie de televisión “Esposas desesperadas” pero he escuchado y leído que la gente habla sobre ella. Cuando a la colega Mirabai le dio por comentar la mentada serie lo primero que me vino a la cabeza fue: “¡Ah! O sea que ahora a las telenovelas les llaman series...”

Mirabai se queja de la fórmula televisiva que a través de “historias intrincadas, suspenso y demasiado tremendismo” nos trata de hacer pasar una historia por la realidad misma. Y coincido con ella en que ver una y otra vez la misma fórmula deja de interesar y hasta de entretener. Después de seguir fielmente toda la serie de Picos Gemelos (Twin Peaks) ver Los Expedientes Secretos X (The X Files) no tuvo ningún atractivo para mí. Después de ver Candy Candy, Remi, Cuna de lobos,Tieta, El camino secreto, Roque Santeiro y muchas otras telenovelas no es difícil comparar y ver todo como repeticiones de historias y desenlaces.

Pero las repeticiones no deberían de sorprendernos. Han ocurrido a lo largo de toda la historia de la humanidad. Michel de Montaigne se dio cuenta de esto y escribió sus Ensayos. Usando los textos de autores griegos y romanos compiló los telenovelones de la vida diaria. Por ejemplo, escribió “De cómo reímos y lloramos por la misma causa”, “De la soledad”, “Como el sentimiento de los bienes y los males depende en gran parte de la idea que de ellos nos formamos”, “De la codicia de la gloria”, “De la desigualdad que existe entre nosotros” ¿Les gustan estos títulos para telenovelas?

Pero Montaigne tuvo el acierto de abordar solo un tema en cada capítulo. Entiendo esa sensación de "saturación" que las series televisivas nos pueden dar. Quererle atribuir a 5 personajes los dramas y conflictos de la humanidad requiere talento. Por eso el Quijote es un clásico, Shakespeare es a su manera un escritor de “best-sellers” y James Joyce se tomó su tiempo para re-escribir y reinterpretar en su peculiar modo la Odisea de Ulises.

A mi me gustan las historias intrincadas. Películas como las de David Lynch, Peter Greenaway o Wim Wenders, como Magnolia o como Crash (la de este año) me fascinan. A veces se traslaparan los temas y los enfoques, pero como piezas individuales me gustan.

Repito que no he visto ni un capítulo de “Esposas desesperadas”. Tremendismo o no, no se si me pueda fascinar tanto como me fascinó Picos Gemelos o me cause tanta curiosidad y morbo como Sexo en la ciudad (Sex and the City). Reinterpretar y usar contextos actuales es válido, decidir si me gusta y lo prefiero a leer y/o ver “los clásicos” esta entre “yo me lo pierdo” o “yo me lo ahorro”. Finalmente, quién dice que quien no tuvo la oportunidad de ver Tieta puede ser que aprenda algo viendo “Esposas desesperadas”…O tal vez no.

1 comment:

  1. Me gustó el título: "De como reímos y lloramos por la misma causa", se corresponde perfectamente con mi realidad, yo lo escogería para cierto drama personal actual...

    Comparto tu gusto por las historias intrincadas, ¿será que de cierta manera me identifico con ellas? en ese y otros aspectos Crash es fabulosa, una muy buena película, yo salí completamente satisfecha de la sala de cine cuando fuí a verla, no esperaba que me sorprendiera de la manera en que lo hizo...

    ...reinterpretaciones, reinvenciones, replanteamientos, tan necesarios en esas encrucijadas que la vida nos presenta de cuando en cuando, al final, la vida es tan fascinante como la buena ficción, esa a la que ciertas veces nos hemos hecho adictos, y a la que también, otros, han convertido en objeto de culto...

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